Bebés y más
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Si naciste entre 1981 y 1996, formas parte de lo que se considera la generación millennial. Más allá de que te puedas sentir más o menos identificada con esta etiqueta, sí que es cierto que hay rasgos comunes a todos nosotros, siendo el del respeto por el medio ambiente uno de los más llamativos. Nos hemos acostumbrado a separar la basura según el tipo de desecho, a llevar las bolsas de tela a la compra, y nos fijamos en que los productos que compramos cuiden el entorno.

Eso es lo que dicen todos los estudios —y seguramente sea algo que tú misma hagas a diario—. Cuando nos convertimos en padres, esa tendencia no desaparece. De hecho, con la avalancha de cosas que invade nuestro hogar con la llegada del recién nacido, lo cierto es que parece una prioridad incluso mayor.

Más allá de saber qué hacer con pañales y toallitas una vez utilizados, seguimos interesándonos por que las marcas a las que recurrimos tengan un compromiso real con el medio ambiente. Es el caso de Mustela, que ha hecho de este compromiso una prioridad. El 100% de sus productos son ecodiseñados, y todos sus envases son reciclables. Sus fórmulas de origen natural y con productos obtenidos de forma responsable están diseñadas para ser especialmente respetuosas con la naturaleza y biodegradables, y cuenta con certificación B Corp por el desempeño de estos compromisos.

Pero podemos llevar esta conciencia un paso más allá dentro de nuestra labor como padres, creando una habitación para nuestro bebé —sea recién nacido o tenga tres años— que también sea responsable con la naturaleza y procure, por un lado, generar la menor cantidad posible de residuos y, por otro, utilice los materiales más respetuosos posibles.

Tips para una habitación perfecta (y sostenible)

Algo que debemos tener en cuenta, como siempre, son las posibilidades reales. Aquí vamos a recoger una buena cantidad de ideas, pero al final la que decide cuáles poner en práctica —aunque sea por una pura cuestión logística— eres tú.

Mobiliario reutilizado (y reutilizable)

Uno de los consejos más prácticos es éste: no compres mobiliario infantil, en el sentido estricto de la palabra. Seguramente te hayas enamorado de ese pequeño armario con los pomos de cerámica, o de esa mini-cómoda de madera con pintura efecto pizarra absolutamente ideal. Lógico.

Pero si nos ponemos pragmáticos, el mobiliario infantil tiene una duración determinada y muy poco longeva. Por un lado, tu peque crecerá y llegará un momento en que ese tipo de muebles no tengan demasiado sentido a su edad. Pero por otro —y esta razón es de mucho mayor peso—, cuanto más pequeños sean los muebles, menos podrás guardar. Y se te viene encima una buena en lo que a cantidad de trastos se refiere.

Ya sabemos que la cuna no durará siempre, pero tener que deshacerte también de armarios y cómodas es sinónimo de generar residuos innecesariamente. Por eso nuestro consejo es que apuestes por muebles que crezcan con tu bebé. Si en casa tenéis buena mano —o sois aventureros— con las manualidades, puedes personalizarla cada cierto tiempo, si quieres que se adapte mejor a la decoración, por ejemplo, y además podrás hacer una actividad en familia si tu peque se anima a ayudar.

Esto es algo que también puedes aplicar a la otra parte de este consejo, que es la de utilizar muebles que ya tengas. ¿El sillón con orejas del salón? Perfecto para dar esa toma nocturna. Ponle una mantita de lana o unos cojines y como nuevo. Lo mismo con la típica estantería cuadrada, con unas cuantas cajas de tela para los estantes tendrás espacio para guardar todas las menudencias de tu peque —y créeme, serán muchas—. La mayoría de las veces tenemos muebles más que suficientes para crear una habitación acogedora con un poco de imaginación.

Y si no es el caso, seguro que tampoco te faltan voluntarios que te cedan cunas, mecedoras, cómodas… Es otra buena manera de dar una nueva vida a muebles que estaban destinados a coger polvo en algún trastero o, peor todavía, a ir camino del punto limpio aun estando en buenas condiciones.

Materiales (y ropa) reciclados

Si te decides a comprar por el motivo que sea —y siendo como es tu decisión, bien tomada está—, intenta apostar siempre por materiales reciclados. No sólo en el mobiliario que utilices, ya que hay un buen número de marcas e incluso de tiendas pequeñitas que trabajan con este tipo de premisa, sino también en ropa de cama e incluso del bebé.

Seguro que en tu entorno ha habido algún bebé que haya ido dejando ropa pequeña. Aprovecharla un ejercicio perfecto de reciclaje y sostenibilidad. Pero también puedes optar por hacer tú pequeñas cosas. Si se te da bien, por ejemplo, hacer punto, puedes buscar algún jersey o manta que no utilices y emplear la lana en tejer desde gorritos o chaquetas hasta toquillas.

Igualmente importante será que los productos que utilices para el cuidado diario de tu bebé sean reciclables y provengan de fuentes sostenibles, como los productos de Mustela. Por ejemplo, la gama de baño de Mustela, con el aceite de masaje, el champú mousse recién nacido o el Babygel, incluye envases eco-friendly 100% reciclables.

Materiales biodegradables y naturales

Aquí es donde más opciones tienes para elegir y todo depende de cuánto quieras implicarte. Si estamos hablando de que estás diseñando la habitación desde cero y tienes posibilidad de cambiar el suelo, hay tarimas ecológicas que no sólo respetan el entorno en su producción, sino que también añadirán un toque de lo más acogedor a la habitación de tu bebé. Tanto si puedes permitirte un poco de obra como si no es el caso, también puedes contar con alfombras de materiales orgánicos, como el algodón, que aporten calidez y confort al espacio.

Para las paredes, una buena opción es buscar pinturas que no contengan componentes tóxicos, sean naturales y biodegradables. Hay pinturas de arcilla, por ejemplo, que cumplen todos estos requisitos. Pero si quieres, puedes también optar por papel de pared que sea biodegradable y reciclable. No faltan marcas que ofrecen este tipo de producto con toda la creatividad que puedas imaginar.

Otro de los puntos a tener en cuenta, por ejemplo, es el colchón de la cuna. En este caso, por supuesto, lo primero es la seguridad. Debes buscar un colchón que sea firme, que no se hunda, preferiblemente hipoalergénico y cómodo. Pero cumplidos estos primeros y principales requisitos, puedes elegir materiales orgánicos como el algodón o la fibra de bambú, que serán, además, más fácilmente reabsorbibles por el ecosistema que los materiales sintéticos.

Como puedes ver, tienes un buen número de opciones a la hora de crear una habitación cálida y acogedora para tu bebé que también sea respetuosa con el medio ambiente, genere el menor número de residuos posible con el paso de los años y se convierta en un espacio único y maravilloso para ti y tu peque.

Fotos | iStock/demianasturiStock/Kyryl GorloviStock/zuzuliceaiStock/KatarzynaBialasiewicziStock/Wavebreakmedia