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Cuando nos convertimos en padres, intentamos estar preparados para todo. Que nada nos pille desprevenidos. Así que muchas veces acumulamos en casa todo tipo de artefactos que, muy probablemente, luego no llegaremos a utilizar siquiera. Pero una de las cosas que suelen pillarnos con el paso cambiado es la costra láctea. De repente, nuestro bebé comienza a desarrollar una especie de descamación en la cabeza que nos hace pensar automáticamente en la caspa. No parece molesto, ni le pica, así que parece que nos encontramos ante todo un enigma. ¿En qué consiste la costra láctea?

Dermatitis seborreica

Se trata de una dolencia que cursa con inflamación del tejido del cuero cabelludo, aunque puede extenderse a otras zonas, especialmente la cara, en torno a la nariz y las orejas, e incluso al resto del cuerpo, a zonas con pliegue de piel como las axilas o las ingles. Suele aparecer entre la primera y la octava semana de vida de nuestro bebé, así que si tu peque ha pasado de los dos meses, tienes bastantes posibilidades de que no se vea afectado.

A pesar de cursar con placas rojizas y cierta inflamación, lo cierto es que la dermatitis seborreica se diferencia de otras en tanto que no provoca picor ni molestia.

Lo más característico de la costra láctea es la descamación del cuero cabelludo de la que hablábamos inicialmente. Es un problema de corte más bien estético y bastante más común de lo que imaginamos. Las causas son varias y su aparición puede depender de varios factores, como la predisposición genética, un desarreglo hormonal, un exceso en la secreción de sebo de la zona del pelo y, en ocasiones, a la proliferación de un hongo llamado Malassezia.

Para saber identificar bien que la descamación del cuero cabelludo que está padeciendo nuestro bebé es, en realidad, costra láctea, tenemos que detectar bien los síntomas. Además de las placas rojizas de las que hablábamos y que saldrán fundamentalmente en la zona de cabeza y cara, las escamas suelen ser gruesas, de color blanco o amarillento, con apariencia grasienta. Si además vemos que pudiera tener incidencia en alguna otra zona del cuerpo como mencionábamos anteriormente, hemos dado con ella. Pero como siempre decimos, lo mejor es acudir a nuestro pediatra y que sea un profesional el que nos dé el diagnóstico definitivo.

Cómo tratarla la costra láctea

En primer lugar y lo más importante de todo: no arranques las escamas de la costra. Es muy importante que esas escamas caigan por sí mismas o con una pequeña ayuda, como vamos a ver a continuación. Pero nada de hurgar con las uñas o tironear de ellas para quitarlas. Estarás empeorando el problema en lugar de ayudar a tu bebé.

Una de las principales precauciones que podemos tener para cuidar de la costra láctea es evitar el frío o el sol intensos, e intentar que no le dé el aire. No deja de tratarse de una afección de la piel y, aunque benigna y que cursa por sí misma hasta que desaparece en torno al año o dos años de edad, protegerla de los factores externos es importante para que no resulte molesta o se reseque. Igualmente en épocas de calor, lo ideal es evitar la sudoración excesiva en nuestro bebé —algo que es recomendable aunque no padezca esta dermatitis—.

En casa hay varios pasos que puedes dar para ir manteniéndola bajo control, aunque no hará que desaparezca. Puedes cepillar suavemente el cabello de tu peque con un cepillo de recién nacidos, de esos que tienen las cerdas muy, muy suaves. De esta manera irás retirando poquito a poco los restos que vayan estando sueltos y separados de su piel y no le causarás molestia alguna.

El momento del baño es uno de los que puedes aprovechar para actuar más eficazmente frente al problema. Hay productos que están formulados precisamente para aliviar los síntomas de la costra, como la Crema para la Costra Láctea de Mustela, que ayuda a ir eliminando la descamación, limita la secreción de sebo —uno de los factores que influyen en su aparición, como veíamos previamente—, y mantiene su cuero cabelludo hidratado y saneado. Uno de sus ingredientes de origen natural, el aceite de borraja, es el principal elemento a la hora de actuar contra la sequedad y la descamación.

Puedes aplicarle la crema masajeando suavemente en las zonas más afectadas y dejar actuar toda la noche, o al menos un rato antes de que vayas a bañarlo. Después sólo tienes que retirarlo con agua templadita y un champú que respete su piel y sea delicado con ella, como el Champú Mousse Recién Nacido de Mustela, con ingredientes de origen natural pensados para cuidar hasta el cabello de los recién nacidos y de los bebés recién salidos de neonatología. El perséose de aguacate se encarga de proteger la barrera cutánea, e hidratar y preservar la riqueza celular de la piel, mientras que el ácido salicílico realiza una acción queratorreguladora ayudando a eliminar la costra.

Como puedes ver, se trata de un problema en el que lo más importante es que conservemos la calma y no nos agobiemos. La dermatitis seborreica no tiene más trascendencia, no resulta molesta para tu bebé y con el paso del tiempo y el uso apropiado de productos, podemos mantenerla controlada hasta que finalmente desaparezca. Estar bien informados en estos casos es fundamental y te ayudará a saber qué decisiones tomar con el bienestar de tu bebé siempre en mente. «Yo quiero papás relajados» forma parte de los compromisos de Mustela, que busca siempre ofrecer esa información a los padres preocupados por este tipo de afecciones, así como asesoramiento y apoyo.

Estar tranquilos y disponer de información y vías para afrontar las distintas facetas de la maternidad y la paternidad, seas primeriza o te pille con buena parte del camino andado, es clave para poder dar a nuestro bebé el mejor cuidado posible.

Imágenes | iStock/fizkesiStock/NataliaDeriabinaiStock/NataliaDeriabina