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Cuando estás preparando la llegada de tu bebé, toca elegir entre multitud de opciones. Cuna, bañera, biberones, chupetes, ropita… Muchas de estas decisiones son cuestión de preferencia personal, pero hay otras que requieren de algo más de reflexión. Y una de ellas es el pañal.

¿Qué tipo debemos elegir? ¿Cómo acertar con la talla? ¿Cuál es el mejor método para cambiar un pañal? ¿Cómo y dónde debemos tirar los pañales usados? ¿Qué productos debemos utilizar en cada momento y cómo prevenir y solucionar las distintas problemáticas que podemos encontrarnos?

Ser padres genera un montón de preguntas. Por suerte, todas las referentes al uso y gestión del pañal tienen solución fácil. Vamos a ello.

Cómo elegir los pañales

En la actualidad existe una amplia gama de pañales en el mercado que nos permite elegir en función de la talla, peso y necesidades específicas de nuestro bebé. En primer lugar, para saber cuál es la talla de pañal adecuada para nuestro pequeño, podemos orientarnos por las guías de edad, peso y/o tamaño que indican los envases.

Si ya los hemos comprado, podemos probarle uno y ajustar las cintas laterales. El pañal debe resultar cómodo para el bebé. Un buen truco es meter los dedos entre pañal y cintura y comprobar que no queda ni muy holgado ni demasiado apretado. Además, debe quedar justo por debajo del ombligo, ya que esta es una de las claves para evitar infeccionescuando el cordón aún no se ha caído o lo ha hecho recientemente, y cubrir completamente el culito del bebé, evitando que puedan producirse fugas y provocando que se manche. Si cumple todos estos requisitos, has acertado. Si le queda muy justo y le hace marcas, o por el contrario, demasiado amplio o largo, necesitarás una talla más o menos, respectivamente.

La talla del pañal irá variando según el peso del bebé. En sus primeros meses de vida cambiará rápidamente de una talla a otra, así que es mejor ir comprando según necesidades. Después, a medida que su crecimiento se vuelve más lento, la talla nos valdrá durante más tiempo y podremos comprar mayor cantidad de pañales cada vez, lo que conllevará también cierto ahorro.

Existen pañales de todo tipo, formas, diseños, etc. Pero hay características indispensables para saber si un pañal es bueno:

  • Debe ser absorbente: un pañal con gel absorbente es ideal para los primeros meses del bebé ya que sus cacas son muy líquidas y mientras más absorba, menos se irritará la piel del pequeño.
  • La presencia de un buen elástico, seguro y suave en las piernas, permitirá que los pises y cacas líquidas no se escapen del pañal aunque el bebé se estire, y evitará irritaciones y rozaduras.
  • La suavidad del pañal también es importante para cuidar su piel. Además, la zona cercana al ombligo necesita una tela suave y delicada que la proteja de roces y heridas.
  • El pañal tiene que ser flexible para permitir los movimientos del bebé y no causarle molestias.

Si nuestro bebé tiene la piel atópica o sensible, lo mejor es escoger un producto adaptado a su tipo de piel. Asimismo, podemos optar por pañales de tela, de entre los que también existe una amplia gama disponible en el mercado.

¿Qué hago con los pañales usados?

Aunque parezca una tontería, no lo es. Tirar correctamente un pañal a la basura es importante por una sencilla razón: los recién nacidos usan alrededor de 8 o 10 pañales al día —o incluso más—, lo que quiere decir que hay que aprovechar muy bien el espacio de la basura, evitar los gérmenes de las defecaciones y cerrar bien el pañal para evitar los malos olores.

Para ello, utilizaremos las cintas adhesivas creando una especie de pelota bien precintada y evitando así que los contenidos del interior y los olores asociados puedan verterse a la basura.

Siempre es mejor tener una basura especial para tirar los pañales. Por ejemplo, un sistema específico para desechar pañales, tipo contenedor. Aunque no son imprescindibles, sellan de forma segura los gérmenes y evitan los malos olores. Si preferimos recurrir al cubo de basura tradicional, tendremos que vaciarlo a diario para que los olores no proliferen.

Por último, al sacar la basura de casa, tiraremos los pañales usados en el contenedor normal.

Cómo cambiar un pañal paso a paso

Los pañales y productos para el cambio han de estar listos y a mano cada vez que tengamos que realizar un cambio. De esta manera no tendremos que estar preocupados cada vez de coger lo que necesitemos. Puedes tenerlo todo en una pequeña cesta, de manera que cuando alguno de los productos se esté terminando puedas reponerlo fácilmente y, en caso de tener que cambiar un pañal en un sitio diferente, solo tienes que cogerla y llevártela.

En casa puedes utilizar cambiador o colocar una toalla sobre una superficie lisa y segura para tu bebé, como puede ser la cama o una mesa amplia. Si tenemos que cambiar el pañal fuera de casa, los cambiadores portátiles/plegables son una opción bastante versátil, al poder utilizarlos en casi cualquier superficie.

Desabrocha estas cintas de cierre adhesivas del pañal que tiene puesto y ábrelo. Ten cuidado, porque generalmente a los bebés les gusta orinar en este momento, debido el cambio de temperatura. Si es un niño, puedes utilizar el frontal del pañal como contención hasta que haya pasado el «peligro».

A continuación, utiliza una toallita dermo-suavizante de Mustela para limpiar las nalgas y el área genital de delante hacia atrás. Estas toallitas están pensadas para bebés desde su nacimiento, y en su formulación encontramos activos como el áloe vera y la glicerina, que aportan hidratación y protección a la delicada piel de esta área, y perséose de aguacate de origen natural para reforzar su barrera cutánea.

Agarrándolo por los tobillos, levanta sus nalgas y asea las zonas más difíciles, con especial cuidado en los pliegues para evitar que acumule humedad o suciedad. Ahora, quítale el pañal usado y dóblalo como te hemos explicado, aprovechando las cintas adhesivas para dejarlo bien cerrado.

Desdobla un pañal limpio y colócaselo, con la parte de las tiras debajo de su culete y, antes de pegarlo, aplica en la zona una capa de crema contra rozaduras como el bálsamo 1 2 3 de Mustela, que previene las irritaciones y rojeces en cada cambio de pañal, alivia desde la primera aplicación y repara la piel. Está formulada con un 98% de ingredientes de origen natural, sin conservantes y sin perfume, para garantizar una tolerancia máxima desde el nacimiento.

Si aún no se le ha caído el cordón umbilical, debemos ser especialmente cuidadosos y evitar que el pañal roce la zona del ombligo, ya que la humedad puede retardar la cicatrización.

Por último, ajustaremos el pañal al contorno del bebé procurando no apretarlo demasiado. Para comprobar que lo hemos hecho bien, debe haber espacio suficiente para que quepa nuestro dedo índice.

Tips para cuidar la zona del pañal

La zona del pañal es un área de piel especialmente sensible para los más pequeños. En la primera etapa de su vida podemos tener que enfrentarnos a distintas problemáticas (rozaduras, enrojecimiento,irritación, sarpullido, etc.) y lo mejor es estar preparados para saber cómo prevenirlas y cuidarlas.

Si el área del pañal en nuestro bebé se ve un poco enrojecida o irritada, hay posibilidades de que pueda ser una dermatitis del pañal, una forma común de inflamación cutánea que puede aparecer como un enrojecimiento alrededor de la zona.

Además de cambiar el pañal en cuanto esté mojado o sucio, para que el exceso de humedad no provoque irritación en su piel ni altere su pH natural, saber utilizar en cada momento y de forma adecuada los diferentes tipos de productos que existen es decisivo para prevenir lesiones en la piel del bebé y las infecciones en esta zona. Los productos específicos de Mustela para la zona del pañal nos ayudan en el cuidado diario de nuestro pequeño.

Dentro de los compromisos de Mustela encontramos «Yo quiero mi cuidado especial», una apuesta por desarrollar productos que se adapten a la piel de los más pequeños, sea normal, seca, muy sensible o atópica. Conocer el tipo de piel de nuestro bebé es clave para poder proporcionarle los mejores cuidados, y Mustela nos ayuda a descubrirlo a través de este test.

Además de las toallitas y el bálsamo de los que hablábamos previamente, el linimento Mustela también es un poderoso aliado. Está formulado con un 99% de ingredientes de origen natural y limpia eficazmente y con suavidad la zona del pañal, gracias al aceite vegetal y al agua de cal. Mustela ha reformulado la receta tradicional y la ha enriquecido con Aceite de Oliva Virgen Extra de primera presión en frío, rico en Omega 6 y Omega 9.

Más allá de tener claro qué tipo de productos puedes utilizar para el cambio de pañal, es importante tener claros algunos conceptos. Por ejemplo, si tu bebé es niña, el aseo debe ser desde la vagina hacia las nalgas, ya que de lo contrario puedes provocarle una infección por el contacto con la materia fecal. Asimismo, limpiaremos los pliegues sin abrir demasiado los labios vaginales.

Si es niño también le asearemos de delante hacia atrás. Si no está circuncidado, no separaremos el prepucio (la piel que recubre la cabeza del pene) del glande, ya que podemos lastimarlo. Esta separación sucede de manera natural entre los tres y cinco años. Limpiaremos la parte exterior del pene, los pliegues de los testículos y las nalgas.

Si fue circuncidado, debemos ser más cuidadosos, sobre todo durante los primeros días después de la operación. En este caso, evitaremos colocarle crema contra las rozaduras en el pene y los testículos.

A muchos bebés les pone nerviosos el cambio del pañal. Para irritarles lo menos posible, podemos convertirlo en un momento divertido dándole algún juguetito para que se entretenga mientras lo aseamos.

Los primeros cambios de pañal pueden resultar muy estresantes para los papás primerizos, especialmente si el pequeño se altera y estalla en llanto. No sentirse abrumados y actuar con serenidad y delicadeza es muy importante. Aunque durante los primeros meses los cambios son muy frecuentes, al pasar el tiempo disminuyen y el propio bebé es quien manifiesta cuándo es hora de cambiarlo.

Imágenes | iStock / Ozgurcankaya / Danchooalex / Nicola Katie.